Aunque el reglamento aprobado por la Junta de Gobierno de la Empresa de Correos Marítimos disponía que fueran puestos en servicio cuatro buques de vela, la empresa sólo aportó tres navíos.
Sin embargo, la necesidad real era de seis barcos y no cuatro, según consta en el acta de la Junta de Accionistas celebrada el 22 de mayo de 1829.
Este punto fue objeto de discusión y análisis en diciembre del propio año debido a lo costoso que resultaba fletar barcos extranjeros para el traslado de la correspondencia, sin concretar acuerdo alguno.
En 1837 la situación de la Empresa de Correos Marítimos era bastante precaria, por un lado, los accionistas aspiraban a recibir cuantiosas utilidades y por otro, los ingresos mermaban al no ser utilizados los buques de la Empresa para el traslado de tropas y deportados debido a su mal estado.
A su vez, las recaudaciones por concepto de las tasas postales se habían reducido notablemente debido a que la Administración de Correos recibía parte de la correspondencia directamente, mientras que la correspondencia oficial o de gobierno, que era muy cuantiosa, no abonaba franqueo.
Todo esto dio lugar a la ratificación del Reglamento de 1827 con el fin de precisar, con más claridad, el cumplimiento de las distintas medidas que garantizarían los ingresos de la Empresa.
Continuará…….