La belleza y el encanto de los sellos postales es lo que más atrajo a las mujeres desde un principio, no los coleccionaban porque con ellos decoraban objetos de cerámica y otros adornos.
Más tarde, cuando el coleccionismo cobró más fuerza, los timbres postales dejan de ser, para las féminas, simples piezas decorativas para convertirse en piezas coleccionables.
El orden, la limpieza, la organización y la disciplina, cualidades tan propias de la mujer, son ideales para obtener excelentes resultados en toda colección filatélica.
En la actualidad son muchas las mujeres que han reclamado espacios en las filas de organizaciones e instituciones de filatelistas en todo el mundo, donde muchas de ellas son miembros activos y hasta desempeñan cargos ejecutivos.
Una prueba elocuente es la lista de premios obtenidos por colecciones montadas por mujeres filatelistas en importantes exposiciones internacionales a lo que se une la relación de libros y publicaciones de connotadas integrantes del bello sexo.
A todo lo cual agregamos la enorme cantidad de emisiones de sellos de países de los cinco continentes donde se enaltecen a grandes figuras femeninas del deporte, las artes plásticas, la música, la enseñanza, las ciencias, la política, la religión, la solidaridad y la lucha por los derechos de la mujer.